Pese a que los especialistas recomiendan que los niños con trastornos del espectro autista sean escolarizados en centros convencionales, muchos padres y madres aceptan otras opciones por las trabas que encuentran en varias ocasiones.
Inclusión escolar
Uno de los motivos de esta dificultad de inclusión escolar se produce porque el trastorno del espectro autista afecta fundamentalmente a la esencia social del individuo y a su capacidad de responder «adaptativamente» a las exigencias de su entorno. Esto hace que a diario se enfrenten a numerosas barreras, tanto cognitivas como sociales, principalmente a la hora de disfrutar de sus derechos fundamentales y de formar parte de la comunidad.
En el aula, un niño con autismo puede manifestar problemas de conducta, dificultades del aprendizaje, dificultades en la comunicación, la interacción social, la capacidad de atención, la percepción sensorial… Pero, en muchas ocasiones estas dificultades responden a la insistencia por mantener un sistema educativo que pretende ser igual para todos, sin tener en cuenta las diferencias individuales de cada niño, ni el periodo evolutivo en el que se encuentra.
Estrategias educativas
Por este motivo y con la finalidad de que todos los niños tengan las mismas oportunidades de aprendizaje y de fomentar su autonomía, recomendamos, entre otras, las siguientes estrategias educativas:
1.- Evitar una sobrecarga sensorial: las luces olores y ruidos pueden dificultarles la concentración. Además, es interesante que el estudiante no esté cerca de puertas y ventanas que puedan aumentar su distracción.
2.- Usar apoyos visuales: además de los conocidos pictogramas, el uso de fotos e imágenes pueden ayudar a estos estudiantes como apoyo a las explicaciones
3.- Ser predecible: los estudiantes están menos inquietos y se pueden centrar mejor en el trabajo si conocen los que van a hacer, por ejemplo, gracias a un calendario o usar agendas para que el alumno pueda tener muy bien organizado el tiempo.
4.- No utilizar lenguaje figurado, ni ironías: muchas personas con autismo tienen problemas para entender el lenguaje figurativo y tienden a interpretarlo de manera muy literal.
5.- Mirar a los ojos: cuando se le solicite algo es importante tener un contacto visual directo y formular una petición cada vez y no varias.
6.- No aislar. Es importan que el niño con autismo esté cerca del profesor, pero no por ello alejado de sus compañeros.
7.- Considerar la diversidad como un valor educativo: el autismo en cada persona se manifiesta de una manera distinta, por lo tanto, en cada una tiene diferentes necesidades individuales que se deben tener en cuenta a la hora de crear las dinámicas de la clase, tanto grupales como individuales.
Estos son solo algunos ejemplos de intervención en el aula, aunque lo importante es tener en cuenta que todos los niños deben tener las mismas oportunidades de aprendizaje y es el contexto, y no el niño, el que debe buscar la manera de hacerlo posible, favoreciendo así, en todo momento, la autonomía del niño con autismo, así como su calidad de vida y la de sus familias.