La crianza y la educación de un niño con TDAH en la familia

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Cómo afecta el TDAH a los niños

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, o TDAH, hace que los niños tengan dificultades para prestar atención y que sean más hiperactivos y más impulsivos que lo que se considera normal para su edad. El TDAH hace que a los niños les cueste más desarrollar las habilidades necesarias para controlar la atención, el comportamiento, las emociones y la actividad. Como consecuencia, los niños con TDAH suelen actuar de maneras que a los padres les resulta difícil de gestionar.

Por ejemplo, al tener problemas para prestar atención, los niños con TDAH pueden:

  • parecer despistados o distraídos
  • parecer que no están escuchando
  • tener dificultades para concentrarse
  • no seguir correctamente las instrucciones
  • necesitar recordatorios para hacer las cosas
  • parecer que se esfuerzan poco en las tareas escolares
  • tener dificultades para organizarse

Al ser hiperactivos, los niños con TDAH pueden:

  • trepar, saltar o armar jaleo cuando toca jugar tranquilamente
  • moverse y parecer incapaces de quedarse quietos
  • hacer las cosas a prisa y corriendo en vez de tomarse su tiempo
  • cometer errores por descuido
  • no parar (estar moviéndose constantemente)

Al ser impulsivos, los niños con TDAH pueden:

  • interrumpir mucho
  • hablar de forma atolondrada
  • hacer las cosas sin pensar
  • hacer cosas que no debieran hacer, incluso aunque sepan que no está bien hacerlas
  • tener dificultad para esperar, turnarse con otras personas o compartir
  • tener explosiones emocionales, perder los estribos o carecer de auto-control

Al principio, es posible que los padres no sepan que estos comportamientos forman parte del TDAH. Puede parecer que el niño solo se está portando mal. El TDAH puede causar estrés y frustración en los padres, que pueden sentir que no se los respeta.

Pueden estar avergonzados sobre lo que los demás puedan pensar sobre el comportamiento de su hijo. Es posible que se pregunten si han hecho algo que lo haya podido causar. Pero en los niños con TDAH, las habilidades que permiten controlar la atención, el comportamiento y la actividad no se desarrollan con naturalidad.

Cuando los padres aprenden sobre el TDAH y sobre qué enfoques funcionan mejor, pueden ayudar a sus hijos a mejorar y a salir adelante.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

La crianza y la educación en casa es tan importante como cualquier otra parte del tratamiento del TDAH. La manera en la que los padres respondan puede mejorar el TDAH, o empeorarlo.

Si a su hijo le han diagnosticado un TDAH:

Involúcrese. Aprenda todo lo posible sobre el TDAH. Siga el tratamiento que le recomiende el profesional de la salud que lleva a su hijo. Acuda con él a todas las visitas médicas y de terapia que tenga programadas. Si su hijo toma medicamentos para el TDAH, déselos a las horas recomendadas por su médico. No cambie la dosis sin consultar a su médico. Conserve todos los medicamentos en un lugar seguro y al que no puedan acceder otras personas.

Sepa de qué manera afecta el TDAH a su hijo. Todos los niños son diferentes. Identifique los problemas que tiene su hijo debido al TDAH. Algunos niños necesitan mejorar su habilidad de prestar atención y escuchar. Otros necesitan aprender a calmarse. Pida al terapeuta de su hijo que le dé consejos y que le enseñe maneras de ayudar a su hijo a practicar y a mejorar.

Concéntrese en enseñar a su hijo una cosa cada vez. No intente trabajarlo todo al mismo tiempo. Empiece por pequeñas cosas. Escoja una cosa y concéntrese en ella. Felicite a su hijo por sus esfuerzos.

Trabaje con la escuela de su hijo. Hable con los maestros de su hijo para saber si su hijo debería tener un programa educativo individualizado IEP o un plan 504. Reúnase a menudo con los maestros de su hijo para saber cómo le está yendo en la escuela. Trabaje con esos maestros para ayudar a su hijo a rendir en los estudios.

Conéctese con otras personas en busca de apoyo e información. Únase a una organización de apoyo sobre el TDAH, como CHADD para recibir novedades sobre tratamiento, información, etc.

Averigüe si usted tiene un TDAH. El TDAH se suele dar por familias. Los padres (u otros parientes) de los niños con TDAH pueden no saber que también lo padecen. Cuando los padres con TDAH reciben un diagnóstico y un tratamiento, este proceso los puede ayudar a ser mejores padres.

 

Aplique la disciplina con objetivos y con cariño. Aprenda cuáles son los mejores enfoques de disciplina para un niño con TDAH y cuáles pueden empeorar el TDAH. Reciba consejos y formación del terapeuta de su hijo sobre maneras de responder al comportamiento de su hijo. Los niños con TDAH pueden ser muy sensibles a las críticas. La mejor manera de corregir su comportamiento consiste en motivarlos y apoyarlos, en vez de acudiendo a los castigos.

Establezca unas expectativas claras. Antes de ir a algún lugar, hable con su hijo para explicarle cómo quiere que se comporte allí. Céntrese en enseñar a su hijo qué hacer, en vez de reaccionar ante lo que no deba hacer.

Hablen sobre ello. No tema ni se avergüence de hablar con su hijo sobre el TDAH. Ayúdelo a entender que él no es culpable de tener un TDAH y que puede aprender maneras de mejorar los problemas que le causa este trastorno.

Pasen un tiempo especial para estar juntos cada día. Resérvese un rato para conversar y disfrutar con actividades relajantes o entretenidas con su hijo; aunque solo sean unos pocos minutos al día. En esos momentos dedique a su hijo toda su atención. Felicítelo por sus conductas positivas. No lo elogie excesivamente, pero coménteselo cuando haga las cosas bien. Por ejemplo, cuando su hijo espere su turno, dígale «¡Qué bien! ¡Estás esperando tu turno!».

Lo más importante es su relación con su hijo. Los niños con TDAH suelen sentir que están decepcionando a otras personas, que están haciendo las cosas mal, o que no están siendo «buenos». Proteja la autoestima de su hijo siendo paciente, comprensivo y tolerante con él. Haga saber a su hijo que cree en él y que ve todas las cosas buenas que tiene. Desarrolle la resiliencia manteniendo una relación positiva y afectuosa con su hijo.

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